Derechos indígenas y Premio Gabo 2018

El Premio Gabriel García Márquez de Periodismo en la categoría “texto” fue otorgado en Medellín, el 4 de octubre de 2018, al trabajo: Un niño manchado de petróleo del periodista peruano Joseph Zárate [ #jzarate33] publicado en la revista española 5W.

El texto tiene un fuerte vínculo con los derechos indígenas reconocidos en el Convenio núm. 169, de cumplimiento obligatorio para Perú. La localidad de Nazareth, donde se sitúa el relato, se encuentra en la zona de la Amazonía donde se produjo, en junio de 2009, una protesta indígena conocida como el Baguazo. La protesta amazónica dio lugar a un fuerte debate en la Organización Internacional del Trabajo y fue determinante para la adopción de la legislación sobre la consulta indígena promulgada, en septiembre de 2011, en Imacita, a escasos 15 kilómetros de Nazareth.

La lectura del relato premiado muestra la distancia entre los discursos políticos y los textos legales. El autor describe las consecuencias concretas para la comunidad awajún de un derrame de petróleo tuvo lugar en enero de 2016. Responsables de la empresa Petroperú contrataron indígenas para intentar contener la contaminación, sin proporcionarles ningún tipo de protección adecuada. Cincuenta niños intentaron sacar con baldes el combustible que contaminaba las aguas en las que nadaban y pescaban. Al producirse el derrame, los ingenieros de Petroperú llegaron a Nazareth: “El aire seguía apestando a gasolina. Una treintena de nativos esperaban con sus baldes llenos de petróleo al lado de la carretera. Les habían ofrecido 150 soles (casi 40 euros) por cada recipiente. Pero al final, y a pesar de los reclamos de la gente, los ingenieros solo pagaron unos 20 soles (5,27 euros). Osman Cuñachí recuerda que un ingeniero le preguntó su edad, anotó su nombre en una libreta y le pagó 2 soles (52 céntimos de euro) por el balde que había juntado: el recipiente tenía más agua que petróleo, le dijo el ingeniero. Osman, cuyo nombre significa “el que es dócil como un pichón”, no protestó como otros niños. Cuando volvió a casa, le dio una moneda a su mamá y con la otra se fue con sus amigos a comprar una Pepsi y unas galletas de animalitos”.

En un texto anterior, El hombre que eligió el bosque y lo asesinaron, publicado en Etiqueta Negra el 1 de setiembre de 2015, Zárate brindó una semblanza de Edwin Chota y las circunstancias en que madereros ilegales concurrieron a una matanza étnica en el río Putaya, el 1 de septiembre de 2014. Como anticipaba la investigación de Zárate, los autores materiales de los asesinatos, las entidades que crearon las condiciones para que se produzca la matanza, al igual que los órganos judiciales y ambientales que no realizan las investigaciones pertinentes, siguen impunes, aunque la Organización Internacional del Trabajo haya documentado el asesinato de los cuatro dirigentes ashánincas en un informe publicado en español, francés e inglés[1].

[1] https://natanelkin.com/2018/06/13/matanza-de-dirigentes-indigenas-de-saweto-sin-condenar-la-oit-deja-prosperar-la-impunidad/

 

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